miércoles, 22 de junio de 2022

Sophie Brunet habla sobre su montaje

Una entrevista de Sophie Brunet sobre su papel en la serie y en el documental; y su relación con Michael Peterson. Aquí, en inglés.

Sophie Brunet, la montadora; y Michael Peterson, hoy. Al fondo, Michael y Kathleen Peterson 

Aquí en español:

La montadora del documental La Escalera, Sophie Brunet, nunca quiso ser un personaje de la adaptación de HBO Max.

El creador de la serie, Antonio Campos, la llamó en 2020 para preguntarle sobre la docuserie (ganadora de un premio Peabody), que narraba la estrategia de defensa de Michael Peterson tras ser acusado de asesinar a su mujer, Kathleen, en 2001.

Pero Campos no se limitó a preguntarle sobre la realización de La escalera, anunciada como una docuserie de "true-crime", y que proporciona un acceso asombroso a un juicio fascinante que se desarrolló en una serie de giros de la historia más extraños que si fueran una ficción; y que involucraban a amantes secretos y el descubrimiento tardío de una presunta arma homicida desaparecida. Campos quería conocer un giro de la trama que trascendió fuera de la pantalla: cuando Brunet y Peterson, el protagonista de La escalera, entablaron un romance de años de duración, que coincidió en gran medida con el tiempo que él pasó en prisión. Brunet confirmó la relación en una entrevista de 2008 con el periódico francés Le Monde; y Peterson había escrito sobre ella en su libro de 2019, Behind the Staircase.

En un correo electrónico a Vanity Fair, Brunet recuerda su conversación con Campos: "Le dije específicamente que podía contarle, como amiga, algunos aspectos de [la relación], pero que no quería ser un personaje en su [proyecto]."

Brunet se había encontrado con Campos varias veces antes, inicialmente en París cuando el cineasta se reunía con Jean-Xavier de Lestrade, ganador de un Oscar, y director de la docuserie The Staircase; y de nuevo en el juicio de Peterson en 2011, celebrado en Durham. Unos años después de que Brunet ayudara a montar la película ganadora de la Palma de Oro en 2013, Blue is the Warmest Color, comenta que volvió a conectar con Campos en el circuito de festivales de cine. Cuando Campos la llamó en 2020, Brunet dice que entendió que Lestrade confiaba en el cineasta estadounidense. Lestrade había compartido con él sus archivos del icónico documental sobre el crimen, dejando que Campos examinase cientos de horas de material en bruto para que sirvieran de referencia e investigación.

Algún tiempo después de su conversación con Campos, Brunet recibió una llamada telefónica de Lestrade con novedades sobre la miniserie de Campos. Brunet no sólo era un personaje, sino que la actriz elegida para interpretarla, la ganadora de un Oscar Juliette Binoche, estaba deseando reunirse con ella. "Me disgusté cuando me enteré de que iba a ser un personaje de la serie de Antonio Campos. Me sentí traicionada y me enfadé conmigo misma por haber confiado en Antonio", escribe Brunet. Sin embargo, a esas alturas no se sentía capaz de frenar el impulso de la adaptación de Hollywood, que ya contaba no con uno, sino con dos ganadores de Oscars. "Sentí que no había nada que pudiera hacer para evitar ser un personaje del [proyecto] de Antonio".

"Decidí dar lo mejor de mí y reunirme con Juliette", escribe, explicando que ella y Binoche acabaron congeniando, un aspecto positivo en la montaña rusa que fue la saga de cosas que precedió a la adaptación de la ficción. "Me tomé esta nueva amistad como un regalo tardío, un inesperado final feliz para mi dolorosa historia".

Brunet llevaba unas dos décadas montando películas cuando empezó a trabajar en el documental La escalera. Con la ayuda de la productora Allyson Luchak, Brunet, colaboradora desde hacía tiempo de Lestrade, había conseguido un acceso sin precedentes y sorprendente a mucho material [filmado] antes del juicio por asesinato de Peterson en Durham, Carolina del Norte. Brunet, afincada en París, recibió cientos de horas de material sin editar que mostraban a Peterson tras la muerte de su esposa, y comenzó a darle forma a la docuserie que se convertiría en La escalera.

Según Brunet, terminó su trabajo de los ocho episodios originales de la serie sin haberse reunido ni mantenido correspondencia con Peterson. Dice que se animó a ponerse en contacto con Peterson sólo después de que éste fuera condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional en octubre de 2003. (Michael salió de la cárcel después de que se le concediera un nuevo juicio y prefiriese acogerse al "procedimiento Alford").

"Nunca quise escribirle antes de eso", aclara Brunet. "La sentencia [de 2003] me resultó chocante. En Francia no hay nada parecido a la cadena perpetua sin libertad condicional, por no hablar de la pena de muerte. Para mí fue como meter a alguien vivo en un ataúd. Me afectó la crueldad y lo que entendí como un error judicial. Así que decidí escribir a Michael para ofrecerle el envío de algunos libros, cosa que hice sin cesar mientras estaba en la cárcel".

El quinto episodio de La escalera de HBO Max, "El corazón que late", muestra a Brunet editando material de los ocho episodios originales mientras mantiene una relación romántica con Peterson. Pero Brunet aclara que nunca habría cruzado esa línea antes de que su trabajo en el documental hubiera concluido [los primeros 8 episodios]. "Sólo porque ya no era la montadora de la película me sentí con derecho a acercarme a él. De lo contrario, lo habría considerado impropio".

Peterson, que es 17 años mayor que Brunet, respondió a las cartas de la montadora y comenzó una correspondencia constante: Brunet escribía desde su casa en París y Peterson lo hacía desde la institución penitenciaria donde cumplía su condena en Carolina del Norte. En los meses siguientes, la amistad se convirtió en una relación emocional. "Quiero subrayar que no me enamoré de Michael a través de las secuencias grabadas [que vio en París], sino a través de las cartas, durante el tiempo que él estuvo en prisión y yo trabajaba en muchas otras películas con muchos otros cineastas", añade Brunet. En su libro de 2019, Behind the Staircase, Peterson escribe conmovedoramente sobre Brunet, describiéndola como "mi única amiga real en la cárcel, la única a la que confié y revelé mis miedos". El apoyo y la calidez de Brunet dieron esperanzas a Peterson. "Sentí como si me hubieran lanzado un salvavidas en el oscuro y tumultuoso mar que se arremolinaba a mi alrededor", escribe Peterson. "Me aferré a él. De repente, tenía una vida dentro de la vida en la cárcel".

Después de un año escribiendo cartas, Brunet viajó de París a Carolina del Norte para conocer a Peterson por primera vez en la cárcel. "Atractiva, inteligente, divertida, con un inglés fluido y el acento más encantador que quepa, me hizo sentir cómodo inmediatamente con una divertida descripción del Red Roof Motel, en Rocky Mount, donde se alojaba", escribe Peterson sobre el encuentro. Brunet niega este recuerdo y dice que no fue hasta una visita, años después, cuando se alojó en ese motel. "Hay que tener en cuenta que ser preciso no es lo que más le gusta a Michael", dice ella con la ventaja de la retrospectiva. "Me llevó algún tiempo entender eso".

Después de ese encuentro, Brunet intercambió cientos de cartas con Peterson, y voló a América para visitarlo entre tres y cuatro veces al año, escribe él en su libro. Recibía llamadas telefónicas de él a través de una empresa llamada Prison Calls Online, añade. Creyendo que Peterson no había matado a su esposa, Kathleen, Brunet también se propuso como misión demostrar la inocencia de Peterson en su tiempo personal: contribuyendo con miles de dólares de su bolsillo al fondo de ayuda legal de Peterson, y defendiendo la teoría de que un ataque agresivo de un búho provocó las laceraciones en el cuero cabelludo de Kathleen y la pérdida fatal de sangre.

"Al principio sólo quería apoyar, y luego querer a Michael", explica. "Después de que sus apelaciones fracasaran en 2008, también me involucré en su defensa porque pensaba -y sigo pensando- que esta teoría es la única de la muerte de Kathleen que encaja con todas las pruebas".

En 2011, mientras seguía involucrada sentimentalmente con Peterson, Brunet fue contratada para volver a La Escalera y editar dos episodios adicionales que seguirían a los ocho originales. Los nuevos episodios, que presentaban entrevistas con Peterson en la cárcel, relatan la audiencia de 2011 que llevó a la anulación de su condena. (A Peterson obtuvo esa audiencia después de que se descubriera que un experto en manchas de sangre que había testificado, propuesto por la acusación, había interpretado incorrectamente pruebas en varios casos, entre ellos el de Peterson).

Brunet insiste en que fue capaz de compartimentar su vida personal y profesional, sin llevar nunca sus prejuicios a la sala de montaje. En "El corazón que late" de HBO Max,  Brunet procede conscientemente a cierto montaje de La escalera para fabricar un sentimiento de empatía hacia Peterson, con la esperanza de ayudarle a ganar en la apelación. Pero en realidad, según la productora Allyson Luchak, el equipo de la serie montó el documental siendo conscientes de que, según lo acordado con el abogado defensor de Peterson, David Rudolf, no podían emitir la serie hasta que Peterson hubiera agotado sus posibilidades de apelación. (Más tarde, una vez terminado el documental, Rudolf decidió quitar toda restricción y permitió que el equipo pudiera emitir los últimos episodios).

"La mejor prueba de que nunca utilicé La Escalera para intentar ayudar a Michael es ésta", escribe Brunet,: "trabajé en la teoría del búho durante años, recopilando docenas y docenas de relatos de ataques de búhos a personas. Pero como nunca se presentó ante el tribunal, no lo incluimos en el documental".

Peterson salió de la cárcel y quedó bajo  arresto domiciliario a finales de 2011 -y Brunet siguió visitándolo periódicamente en Carolina del Norte-. Para entonces, Peterson y Brunet llevaban varios años de relación romántica, y habían pasado gran parte de ese tiempo aferrándose a la fantasía conjunta de una vida juntos en París, una vez que Peterson saliera de la cárcel. Peterson consideró la posibilidad de mudarse tan seriamente que les dijo a sus hijos que planeaba trasladarse a Francia. Pero a medida que Peterson se acercaba más y más a la libertad, se dio cuenta de lo poco práctica que era esa fantasía. "Al sueño le crecieron feos tentáculos: yo tenía 73 años, no hablaba francés, no podía permitirme ir París y no tenía amigos allí", escribe Peterson en su libro.

Peterson tampoco quería abandonar a su familia de nuevo, esta vez por París en lugar de la cárcel. Escribe sobre esta constatación suya: "No podía amar a Sophie como había amado a [su primera esposa] Patty y a Kathleen, no lo suficiente como para renunciar a mi país, mis hijos y mis nietos".

En cuanto a Brunet, descubrió que "Michael no era el hombre que él le decía que pretendía ser. O cambió demasiado durante el largo proceso judicial". Sin embargo, no siente amargura por el tiempo que pasaron juntos. "Hoy me siento increíblemente afortunada de tener una nueva vida muy feliz en París", razona. "Quizá sacarme de mi vida fue finalmente el mejor regalo que Michael pudo hacerme".

Tras su ruptura, Brunet dejó sus sentimientos a un lado para montar otros tres episodios de La escalera, que relatan el nuevo juicio.

"Mi relación con Michael nunca afectó a mi trabajo de montaje", escribe Brunet. "Nunca he recortado nada que pudiera ser perjudicial para él. Tengo una opinión demasiado buena de mi trabajo como para tener la remota tentación de hacer algo así. Además, Jean nunca lo habría permitido. Es su película y lo respeto mucho".

"Y de nuevo: no me iba absolutamente nada [personal] en los ocho primeros episodios", reitera. "En cuanto a los siguientes, creo que se nota en ellos una gran empatía por la familia de Michael. Pero ese era el punto de vista de Jean y también el mío. Independientemente de lo que pienses o creas sobre Michael, no puedes negar que la situación de sus hijos era terrible e injusta. En cuanto a los tres últimos episodios, no podía ser sospechosa de querer favorecer a Michael, ya que habíamos roto antes de terminar el montaje".

Brunet dice que al principio no quería hacer pública la relación; y si no lo hubiera hecho, probablemente no habría aparecido como personaje en la versión de HBO Max de La escalera.

Pero durante los años en la cárcel donde cumplía sentencia Peterson, Brunet dice que Peterson la convenció de hacer una entrevista para ayudar a su caso.

"Michael había querido que hiciera pública nuestra relación en 2008, después de que todas sus apelaciones fracasaran", dice la montadora, y explica que la prestigiosa periodista francesa Raphaëlle Bacqué se enteró del romance por un amigo común, y pidió una entrevista con Brunet para Le Monde. "Michael y yo debatimos por carta si debía hacerla. Yo no tenía muchas ganas, pero en aquel momento tenía grandes esperanzas en la teoría de la lechuza y finalmente acepté hablar con Raphaëlle. Ella visitó entonces a Michael en la cárcel y escribió un gran artículo en el que presentaba tanto mi relación con él como la teoría del búho, incluyendo la presencia de una pluma enredada con el pelo de Kathleen en su mano izquierda.

Continúa Brunet: "Sacrifiqué mi intimidad en aquel momento por la esperanza de que la teoría del búho acabara demostrando la inocencia de Michel".

Brunet no se dio cuenta entonces de que al dar la entrevista, también estaba colocando su relación en el dominio público.

Pasaron unos 12 años hasta que Brunet descubrió que ella -tan cómoda entre bastidores- estaba siendo empujada a la pantalla como personaje, en la versión del caso La escalera por parte de HBO Max. Brunet cuenta que pudo tener una conversación de seguimiento con Campos antes de que éste empezara a rodar la serie, en la que éste le explicó que "su" Escalera estaría ficcionalizada, "una obra de imaginación". Según Brunet, "Antonio tuvo que inventarse muchas escenas que no pudo presenciar"

Brunet ha hecho las paces con la dramatización de su historia: "Creo que puedo vivir con ello", nos escribe.

Sin embargo, no puede vivir con la forma en que su carrera profesional se pone de repente en tela de juicio porque la serie de HBO Max se ha tomado una licencia creativa: una licencia de la que que ella, Lestrade y el resto del equipo de la Escalera original, consideran que no se está informando responsablemente a los espectadores. (La única mención de que la serie es una ficción viene después de los créditos completos del programa).

"Sólo necesito asegurarme de que no se tergiversa nuestro comportamiento profesional", añade. "No imprimí sesgo alguno en mi montaje de ninguno de los episodios de The Staircase. Jean-Xavier nunca pidió a Michael que reformulara una declaración o que diera más emoción en una segunda toma. Nunca pidió segundas tomas. Quería acercarse lo más posible a la verdad".

Ahora ella ha visto los cuatro primeros episodios de la ficción de HBO Max. El cuarto episodio, dice, fue difícil de ver: "Me impactó ver a Kathleen muriéndose durante tanto rato... Así que mis pensamientos van hacia la familia -me refiero tanto a la de Michael como a la de Kathleen-, y espero que no lo vean".

Todavía no ha visto el resto de la serie, pero sí discrepa de un punto de la trama relacionado con ella, en la versión de HBO Max, que Campos le reveló.

"Sé, por ejemplo -porque Antonio me lo dijo-, que en la serie, Sophie presiona a Michael para que acepte la "declaración Alford" con el fin de empezar una nueva vida. Esto me inquieta: yo nunca lo habría hecho. En primer lugar, porque lo que estaba en juego era demasiado grave para que yo pudiera dar algún consejo. No era yo quien podía acabar en la cárcel para el resto de mi vida. Y segundo, porque consideraba, por el contrario, que Michael podía y debía luchar para demostrar su inocencia", dice Brunet. Y añade: "Pero tampoco intenté influir en este sentido".

En Behind the Staircase, Peterson da a entender que le rompió el corazón a Brunet, pero señala que la ruptura acabó siendo amistosa. "No nos separamos con amargura: la larga relación -13 años- tuvo una muerte digna, una sábana discretamente puesta sobre su cadáver", escribe.

Brunet tampoco recuerda con negatividad su relación con Peterson. "Tuve grandes momentos", razona. "Cuidé de alguien. Aprendí muchas cosas sobre mí y sobre los demás. Hice amigos, conocí muchos aspectos maravillosos de EE.UU. Pero no me reconcilié con el sistema de justicia estadounidense ni con el departamento de prisiones."

Y la montadora entiende que si tuviera que ser representada en una serie de televisión estadounidense, en contra de sus deseos, podría salir mucho peor reflejada que el retrato que de ella hace Juliette Binoche. "Sé que estoy en buenas manos con Juliette", escribe Brunet.

Brunet no ha visto lo suficiente de la serie de HBO Max para saber si Colin Firth será capaz de captar toda los matices de Peterson que ella presenció: "Lo mucho que le dolió y dañó a Michael su estancia en la cárcel, y lo completamente agotado que quedó por el largo proceso judicial".

Pero ha visto lo suficiente de la actuación de Firth como para ofrecer estos apuntes: "Colin Firth es un gran actor, pero no capta la energía y el humor fantástico de su modelo", explica Brunet. "Sin embargo, sí transmite algo de su sentimiento: un hombre que ha mentido demasiadas veces, y que a veces pierde la pista de su propia verdad".

Brunet también sugiere que Michael no siempre fue del todo sincero. "Se produjeron muchos giros y cosas que no le conté a Antonio", dice. Al fin y al cabo, ella es una montadora.

Ni los representantes de Campos ni HBO Max han respondido a una solicitud de comentarios.

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