domingo, 26 de junio de 2022

La doctrina de la vida

Colin Firth-Michael Peterson// 
Juliette Bonoche-Sophie Brunet:





Arcadi Espada escribe aquí sobre las dos series The Stairecase, el documental y la ficción. 

Habla sobre ello y critica la ficción, a la que tacha de deshonesta e ineficaz, mayormente  por ficcionalizar los hechos (y por permitirse alguna licencia narrativa y alguna inexactitud respecto a ciertos hechos).

La serie es una película basada parcialmente en hechos reales que imitaría, según él, la vida peor que el documental, basado, en cambio, totalmente (?) en hechos reales. 

Pero mejor sería decir basado en algunos hechos reales, puesto que el documental soslaya u omite muchos elementos en torno al asunto, atinentes a una de las partes, la de la acusación: familia y físcalía. 

Y en otro plano, en el emocional, faltan vivencias que también son hechos: ¿qué nos muestra el documental del dolor de la familia Atwater? ¿De la estrategia  acordada con la familia de su abogado?  ¿De lo que opinan y viven los amigos de Kathleen, sus colegas de trabajo, su primer marido...? Y sobre todo, ¿de cómo lo vive la peor parada de la historia, Caitlin, la hija de Kathleen, que ha perdido trágicamente a su madre biológica y al mismo tiempo a su familia, de la que reniega para siempre; Caitlin, que cree que quien ha ejercido de padre para ella ha asesinado a su madre...? ¿Cabe mayor dolor que ese para un ser humano?

Apenas nada de todo eso nos muestra el documental, que ofrece una visión parcial del asunto. La visión de lo que ocurre en uno de los dos lados. Y por ello solo puede ser sesgado. Es una visión parcial de los hechos y una visión de los hechos parcial.  

Es decir, es una pieza de parte. Y es que hay coincidencia en todos los interesados sobre que el documental sirvió para mejorar la imagen de Peterson y para que este pudiese relanzar, reabrir judicialmente su caso. Coincidirían es este punto la defensa y la acusación, los Peterson y los Atwater, el equipo del documental y el público del documental. El equipo de la película y el público de la película... Seguramente sea el único punto pacífico en todo esta pugna por intentar alcanzar en vano la verdad de lo ocurrido.

La ficción refleja también, al menos, la otra parte de la historia. Y va más allá: dibuja una versión plausible de lo ocurrido; tres versiones, mejor dicho. Con alguna licencia narrativa, ¡qué menos! Si no no sería una ficción, sino una reconstitución. Lo más aburrido del mundo. La vida es aburrida muchas veces, se me dirá, de acuerdo. (Excursus: Y a veces el arte también, y no convierte en interesante una performance de Marina Abramović  filmándose horas y horas desnuda en un museo interactuando con el público, o la filmina de la noche del dormilón filmada por Andy Warhol). 

La ficción logra, a la postre, una visión comprensiva y comprehensiva del suceso, mientras que el documental era un hábil reality-show familiar en torno a los juicios de Peterson con algunos peep-show de las audiencias. Empathy for the devil?

Michael Peterson es un mentiroso, lo vemos en el documental y en la serie. Lo dice, en declaraciones, la que fue su amante y montadora (honni soit qui mal y pense) del documental. Lo insinúa el propio director del documental en declaraciones. Lo cree firmemente Caitlin. Lo descubre hasta su abogado Rudolf, harto de que le oculte varios elementos clave... Mintió sobre sus vivencias en Vietnam, mintió sobre su sexualidad, mintió sobre sus encuentros sexuales, miente incluso sobre su vida más reciente en sus libros autobiográficos, donde no menciona que volvió a vivir con su primera mujer Patty, después de cortar con Sophie... 

Pero ni siquiera un mentiroso como él tiene por qué haber mentido sobre las dos decisivas escaleras de su vida, ni haber asesinado a su íntima amiga en Alemania ni a su mujer en Durham. Incluso él puede ser inocente, en contra de las dos autopsias judiciales de las dos mujeres muertas a los pies de una escalera, siendo él el último en haberlas visto con vida. Incluso.

Y eso es lo que nos cuenta la película. Una historia verosímil. Tres maneras de morir para Kathleen, pero una sola historia. (Y no tres historias distintas con tres maneras de morir para Kathleen)

Michael Peterson vive libre, y es culpable e inocente al mismo tiempo. Gracias o por culpa de la doctrina Alford. Esa es la aberración fáctica, la paradójica ficción en que se basa su libertad,  y no las licencias de una ficción que tiene la virtud de enseñarnos, gracias al arte, y convincentemente, la historia de Michael pero también la de Kathleen. Y la de su hija. 

Al documental solo le interesó Michael Peterson y el hacerlo interesante. Y denunciar el sistema judicial americano.  Logró ambos objetivos.

La ficción quiere contarnos la historia de lo que pudo pasar. Y los efectos del drama para las dos partes enfrentadas judicialmente. Lo consigue, también, a su vez. 

No es necesariamente seguro que la película esté más cerca de la verdad que el documental. Pero no cabe duda de quién está más cerca de la vida.


La doctrina de la vida

Colin Firth-Michael Peterson//  Juliette Bonoche-Sophie Brunet: Arcadi Espada escribe  aquí sobre las dos series  The Stairecase , el docume...